Sexo, mentiras y sms

Hace algunos siglos…Cuando era adolescente, aprendí mucho sobre sexo…tuve maestros y alguna subordinada…

…en los tíos todo ha sido siempre más natural y público…Una paja de uno de ellos tenía un reconocimiento social, más valor...en cambio la de una chica era inexistente...por situaros en el tiempo, recordad “Aplauso”… pensad en la “Mari Pili” de cuando Gabinete o Derribos Arias no eran ni proyecto, si no un grupo de “Ejecutivos agresivos”, o en las chicas del pai pai de “Objetivo Birmania”… ¿veis a alguna de ellas masturbándose o viciosilla??...



Un juego que entonces me emocionaba era saber cuándo se hacían una a mi salud…que pensaran guarradas conmigo…En cuanto me encontraba con mi Salvatore no podía evitar las preguntas, “¿se te pone dura?”, “¿piensas en mí mientras te la haces?”, “¿y qué piensas?”...Hoy todavía me pasa, y me pone muy muy cachonda observar mientras enfrente se masturban mirándome…con los ojitos clavaos en los míos… Crecí pensando que igual era una enferma…y ni hablar… Entrados los 90, ya leía a Bukowski. Descubrí que no sólo tenía suerte, si no que la importancia del saber y reconocer un cuerpo tan importante como era el mío propio, no era ningún trastorno o afección… y que me servía para disfrutar más y practicar el sexo de una forma más libre y holgada… Porque no os engañéis, las prácticas en pareja no enseñan la mitad de lo que debemos aprender, y desgraciadamente a contadAs se nos invita e instruye desde el conocimiento, al amplio ejercicio de la masturbación.

Con el cambio de siglo creí que todas estas cuestiones de puritita sexualidad… con sus sesenta y nueve felaciones y cunilingus incluidos, habían perdido la oscuridad y se sabían a salvo y al servicio de la sociedad y de las nuevas generaciones… cuando empiezo a descubrir todo lo contrario… Una madre, amiga, me contaba a las puertas del colegio que nunca se había corrido; una chica entraíta en la treintena y con pareja, me decía lo mismo, que nunca había tenido un orgasmo; una amiga de mi hija, de catorce años, argumenta seguir con su chico de quince que la castiga y le pega, porque con él ha perdido la virginidad… A las primeras les propondría que intenten follarse sin pudor ni prejuicios, que se hagan con un “amigo” del color que prefieran y siempre tengan pilas y lubricante a mano, que echen un vistazo a todos los “juguetes” y que elijan el suyo, que se descubran, y que como dice Borges “los besos no son contratos, ni la compañía seguridad”; a la tercera, que mucha de la culpa la tiene el Reggaetón, que se quiera y se ame y explore y viva...que entre otras, cuando canalice toda la agilidad que tiene en los dedos para escribir sms, en tocarse bien y utilizarse mejor, pues todo será maravillosamente diferente… que perder la virginidad no encadena un alma, por mucho que la ande buscando Santi Balmes en el face…

Los días pasan, igual va siendo hora de dejarse de derrotas, igual va siendo hora de incorporar este temario en esa asignatura de “Educación para la ciudadanía” o inventarse una asignatura nueva, ahora que vamos a hacer una década del siglo XXI. En fin…

(…)Canciones de cuna para adultos
atravesadas por los años
que llevan en su oscura melodia
tatuada la flor del engaño

Y estan las sombras
y esta el olvido
y este infinito
tiempo perdido

Y esta el amor
y estan los besos
y un mundanal dolor de huesos

El viento insiste como siempre
en recordarme los sonidos
del terco latido de las cosas
de mundos aun desconocidos (…)

Diego Vasallo “La vida mata”