martes, 3 de junio de 2008

Divina luz

No imaginaba que pudiera sentir tanta alegría cuando la operación suma y sigue cerró otra vuelta el pasado martes. Siempre me calman y serenan las restas… Os agradezco de forma desmedida, como toda yo vivo, a todos los que estuvisteis de una u otra forma cerquita cerquita. A quién a modo de milagro me puso un altar lleníííííííto de flores; a los que comisteis y bebisteis todos de mí (yo de vosotros); a cuantos evangelizáis con vuestro “mensaje” y que en los tiempos que gastamos toma forma de sms o mail o blogger; a los que poseyendo el don de la ubicuidad aparecen, se presentan salvando distancias, se cuelan en la cocina desde cualquier punto geográfico; y siguiendo mi doctrina, a las almas que aun olvidándolo están, están en mí; también a los improvisados…a los proscritos… a los apócrifos… en definitiva, a los que estáis en cuerpo o alma…


A-gradecida-y
e-mocionada-so-la-mente-puedodecir-gracias-PORVENIIIIR…


Hoy me he traido toda, toitica la luz del sur que en estas mi Jose me ha regalao. Vengo con ella puesta. Para él ha de haber sio nuevo el hecho de despelotarse absolutamente al sol, así ahora tengo un hombre rosa en mi haber… para mí ha habído de nuevo disfrutar del mejor lugar pa mis biorritmos en su compañía. Tela!! (omítase cualquier etimología textil)…

Que bien me sienta Cádiz… Su luz decisiva siempre acompaña los cambios en mi vida. Ahí los maduro, al sol…a su sol… Con su enloquecedor levante, ¿quién ha dicho que to sean brisas?... Las compuertas de sus esteros, puertas donde yo dreno y renuevo emociones, por donde entran y salen mis cíclicas mareas. Y lo que habita en su océano de gentes es tan curioso como indefinido…igual que sus ortiguillas, podrían ser plantas pero también animales… Me siento muy yo… es mi hábitat natural.


Cruzo la Puerta de Tierra y hago el camino de “cargadores a indias” hacia mentidero. Me paro en la plaza de mina pa comer adobo, del bueno…cañaillas como las que en ningún otro sitio el mar vomita. Verdes, grandes, puntiagudas y afiladas -un Antonio mío, circunscrito a mis entretelas, gran escultor él, y lugareño, de La Isla por concretar, una vez las utilizó pa restaurar una corona de espinas, solo que de mar, a un Crucificado de tierra adentro-, fino del de chiclana…y continúo el paseo por su malecón –mucho parecido con la imagen que guardo del habanero (1994)- hasta llegar a la Caleta, dándole la vuelta a Cádiz…


Puedo y quiero afirmar que a mí un puerto me da la vida, y to la vida que discurre a su alrededor. No un puerto deportivo abarrotao de barcuchos Tommy lagerfeld o DKNY descafeinaos. No. Un puerto como dios manda, un puerto abierto… con sus diques de encauzamiento, sus esclusas, sus dársenas pa reparar, sus muelles, su aduana, sus gruas, su sala de armadores y todos sus cargadores…Si encima este lo ubico en su bahía… Pierdo el sentido de lo estricto y me pierdo… y me siento Concha, conchita Piquer entericamente tatuá… “Miro su nombre tatuado en la caricia de mi piel, a fuego lento lo he marcado y para siempre iré con él…”

8 comentarios:

Anónimo dijo...

¿Has estado con Antonio? que buena gente y que artista. la próxima vez que vayas le das saludos míos y un abrazo muy fuerte de su amigo Paco. Dile que es un cabrón que envidio, pues sus manos son herramientas de amor escondido tras el barro, la madera, todo lo que toca. Os habreis inflado a pescaito ya sol.... bien, bien, así me gusta.
Un beso con aroma de Mar

combatientes70 dijo...

esas piernas invitan a la lujuria... me imagino las buenas cabalgadas que habrán disfrutado con tu hombre sobre o en ellas... Cádiz, como para mí Lisboa, te mete y te saca pa dentro... meter y sacar... vuelve la burra al trigo... siempre con lo mismo... es que las playas, la luz, el sol, un poquito de calor... invita a todo lo bueno... un poco de levante a llevarse de nuestras azoteas lo malo y de esa forma habéis vuelto... llenos de vida... cubiertos de rojo que tornará poco a poco a moreno... a bello y a espléndido verano... el que os (nos) espera... cádiz... nos espera... quiero volver con vosotros... bienvenidos... gracias por vuestra cena y por todo... os quiero...

Amador Aranda Gallardo dijo...

La verdad es que Cádiz tiene la propiedad de la tranquilidad...no sé si será por la gente, o por el viento, pero estar allí es acogerse a la tranquilidad absoluta...en fin. Qué ganillas tengo de darme una vuelta yo también por Cádiz. Besotes.

patry dijo...

Yo no es por joder pero es que mi tierra sana mucho!!!
Y la próxima vez chocho mío, bajate más al sur, al norte de África y cuelate en mi ventana del estrecho de Gibraltar, que ahí teneis una casa (tu amado, tus hijas, tu-mi Antonio)
un fuerte abrazo y mucho besos, gracias por compartir con nosotros tus buenos momentos.

Anónimo dijo...

Todo empezó al insertar aquel CD azul en el reproductor del coche. Un buen recopilatorio tiene que empezar con canciones que enganchen. David Bowie, Midnight Oil y Deacon Blue son un buen inicio. Seguro que la enganchan y no se duerme... Bromas, risas, miradas,... y su mano en la pierna del conductor. Para él esa mano ahí significa seguridad, ternura, amor. Recuerda cuando era pequeño y viajaba con sus padres y todos sus hermanos hacinados en aquel Seat 1500. Él, a veces, tenía el privilegio de viajar junto a su madre y podía ver de cerca todo el amor que desprendía aquella mano sobre el cogote de su padre. O sobre su pierna. Ahora es él quien la siente. Y la mira a ella con el mismo amor con el que lo hacía su padre a su madre. Cuando un viaje empieza así, no puede ir mal.

Ya por la autopista ella me hace apreciar ese cambio de luz, que yo nunca había notado pero que ella sabía de memoria. Cádiz nos recibe equívoca y casi anocheciendo. Hotel, caricias, maqueo y cena en una taberna típica y a reventar. Las cañas frías saben a gloria. Y a su lado, y en Conil, mucho más. Aquel helado y el paseo nos llevan al final del día.

Los temores de mal tiempo para el sábado se disipan enseguida. Bonito y saludable desayuno en el hotel. “Preparo unos bocatas y vamos a tirarnos a la playa...”. Qué buena pinta tenían coño... “Salimos por aquella puerta que se nos ve menos con todos los bocatas y la fruta...”. Qué imbécil soy... pero si eso lo hace todo el mundooooooooo, jeje.

Destino: Punta Camarinal. Kit completo de playa que me regaló mi chica. Me veo guapo... Puffff, y ella mucho más. Primero, subida andando hasta el faro. Una vez allí, descanso y fotos. Maravillosas vistas, el mar azul, muy azul, la playa de los alemanes, esas casas suntuosas, modernas... "Ahora viene lo complicao", me dice. Esta vez su bajada a través de ese monte no fue tan peligrosa como la última vez con Antonio, pero tiene lo suyo. Hay que disfrutarla. Diosssssssssss, que hambre al llegar abajo. “Pero si sólo es la 1...”. “Yo pagaba hasta 5 euros por una caña fresquita..”. "Y yo también". “Nos los comemos y luego que sea lo que dios quiera...”. Dos sombrillas salteás en ese pedazo de playa. Vuelta y vuelta. Nunca me había sentido tan bien en una playa... Me giro y veo las curvas de su cuerpo desnudo y algo bronceado, la arena, el azul del mar y el azul del cielo. Mmmmmmmmm, bonita foto. Sesión de fotos. Sus piernas, esas piernas... Combatiente, te aseguro que esas piernas no invitan a la lujuria, SON la lujuria... Su forma, su color, sus curvas y, especialmente, su tacto... Soy un vendio. Me vendo por acariciarlas, aunque sólo sean unos segundos.

La única razón por la que nos fuimos de allí era porque nuestros estómagos gritaban. No pasa ná, volveremos pronto, muy pronto. Antes de lo que ella imagina... La subida fue bonita y no se me hizo larga, a pesar de que yo ya era un hombre rosa. Este viaje nos recuerda a Antonio, hacemos una foto del faro y se la mandamos para que lo sepa. Y luego pa el coche. Seguro que en Zahara, como en todos los pueblos, hay un bar manolo donde nos ponen alguna tapa. Así es. ¡Qué rico el atún...!. Gracias Manolo.
El restaurante para cenar estaba lejos, en Vejer. Bueno, no quiero decir lejos, quiero decir un poco oculto y cualquiera se fía de su orientación... jeje. Coño, pues a la primera. Bonito. Acogedor. Simpático y amable, como su camarera. Si hasta se acordaba de mi y nunca había estao allí... Comida exquisita. Brindamos por nosotros, por todo... Otro momento inolvidable.
El paseo por Vejer que vino después fue increíble. Su cara, toda luz. Y eso que era de noche... Pero a mí la Cobijá me dio un poco de yuyu, con casi toda la cara tapada y esa mirada misteriosa. Era la escultura que había hecho su amigo. Nos costó encontrarla, pero mereció la pena. Podíamos descansar esa noche tranquilos.
Esto se acaba, pero aún queda un poco. “Esta vez no hagas bocadillos en el buffet, que hoy comemos pescaíto en Caí...”. Otro día espléndido. Y Cádiz, maravilloso. Su casco antiguo, Casa Aurelio, las ortiguillas, el paseo... Es la hora. Está feliz, pero ahora también hay ganas de ver a nuestras niñas. Nos despedimos del mar en La Caleta, pero le prometemos que volveremos pronto, muy pronto. Antes de lo que ella imagina...

Anónimo dijo...

M�apunto, tambi�n, a las ca�aillas, ortiguitas y adobo, pero te dejas el choco,(te aconsejo probarlo en Meson "El Copo" de Palmones- Los Barrios); el mejor; La mejor dorada de estero frita a la gaditana o las mejores puntillitas en cualquiera de los restaurantes de los hermanos Cordoba Serrano (El Faro de Cadiz,Ventorrillo del Chato). La riberita del marisco de El Pto de Sta Maria y por ultimo un paseito nocturno en el vaporcito desde C�diz al Guadalete, en el Puerto; esto sin perder su luz eterna y su salinidad infinita que todo lo llena. Todos llevamos algo de C�diz; de gaditanos, dentro.

Saludos mil

Anónimo dijo...

guapa, guapa, guapa... Me pareces una persona especial con esa mezcla de Barranco, Medina

nemam dijo...

me ha encantado tu comentario del blog.


gracias guapa
nos vemos el sábado
al sol y al aire libre.
llegó el verano al fin, y con él la nueva vida


gracias otra vez