PUTA si, pero AUTÓNOMA

La que ya en las mañanas no encuentra su ropa de oficio. Esa soy, la mas vieja de cuantas aquí ejercen; la que más veces ha abierto sus piernas a las necesidades, afectos y soledades ajenas; la que más pliegues y repliegues encierra en sus labios; la de las uñas mas largas; la de los colmillos mas afilaos; la de la boca seca; la que nunca entendió sentido alguno ni utilidad en el oraldine y las rodilleras...Aun así nunca penséis que los depredadores venían de la calle, eran, estaban y continúan dentro. Cuando empecé era joven, inexperta y muy confiada. No sólo aprendí rápido, puse en práctica pronto incluso cuanto nunca se aprende y sale de dentro. Me divertía. Gustaba.

Jamás contraje ninguna enfermedad hasta que llegó él. Misógino. Sentía especial aversión por los coños, sobre todo por los bien puestos...yo entonces lo tenía grande, hermoso, flexible, jugoso...suculento manjar para proxenetas... Iba creciendo su ego y vanidad en la misma medida que su posición dentro de aquellas enmohecidas paredes. Imponía su voluntad de la forma mas violenta. Aún le sirve cualquier objeto que lo haga saberse “hombre”, masculino, poderoso, grande, polla de treinta o cuarenta centímetros en un mundo donde ya resultan generosas las de quince. Todas las infecciones vinieron con él.

Por todo esto, cuando me cago en la puta procuro hacerlo en ella, sólo en la puta madre que lo parió. Y también por todo esto, quiero recoger mis zapatos, los rojos, y marchar al extrarradio donde no cabe mas ley que la que una misma establece.

Hoy todo va a cambiar....