martes, 25 de noviembre de 2008

016

(…)Te cortaría las uñas de los pies hasta que te quedases sin ellas y tuviera que cortarte, maldita puta, en trocitos los dedos.
Hija de puta... claro que sabes... que quieres que te trate como si fueras una maldita enemiga... O tal vez prefieras que te utilice como un horno crematorio... que me fume un paquete de tabaco negro y apague cada cigarro en tu puta piel. El primero lo apagaré sobre la palma de la mano, el segundo lo apagare sobre tu sobaco..., el tercero lo apagare sobre tu pezón izquierdo, el quinto sobre tu pezón derecho, llenare de ceniza el hueco de tu ombligo y allí apagaré el sexto, el séptimo lo apagare sobre tus muslos, en cada hueco de los dedos de tus pies apagaré otro cigarro, ya sólo me quedarán tres para acabar el paquete. El cigarro número 18, lo apagaré en tu cara, o mejor aún lo encenderé, te lo meteré por los agujeros de tu nariz para que se consuma poco a poco. El cigarro número 19, me servirá para quemarte los pelos de tu puta cabeza. Y el último cigarro, lo utilizaré para quemarte los labios y en ese momento, en mitad de un grito de dolor, dejes de hablar y de respirar (…)

(…)Me siento ultrajada, humillada, injuriada, insultada, ofendida, deshonrada, mancillada, embestida, deteriorada, ajada, malograda, golpeada, zurrada, vejada, forzada, desflorada, violada, profanada, liquidada, eliminada, inmolada, despachada, exterminada, destrozada, reventada, aniquilada, acabada, ejecutada, ajusticiada, apuñalada, acuchillada, acribillada, disparada, tiroteada, ametrallada, estrangulada, acogotada, desnucada, envenenada, lapidada, apaleada, difunta, cadáver, víctima, desolada, deshabitada, desértica, vacía, marchita(...)

“Combatientes”
Antonio Hernandez Centeno

5 comentarios:

Anónimo dijo...

Con lágrimas me encuentro después de leer esto. Es una lacra, una injusticia, un imposible y una realidad. Nos tocó de cerca, he escuchado esas mismas palabras desde cerca y todo estremece al recordar...
El Combatiente me sigue sorprendiendo... me gustaría leerlo al completo. Y tú no has podido elegir mejor pero hay que dejar de hacer que hoy sea el día del NO a la violencia de género, hay que acabar con esto.

Unos zarcillos pa mi luna : dijo...

¿cuántas más quedarán en sus elaborados malditos escondites mientras otras se hacen un tapete de ganchillo con manifiestos como éste??...les pareció duro, muy duro leerlo ante un público masculino...le ha sucedido a uno de los colectivos de mujeres con los que trabaja "la maestra"...¿acaso resulta mayor, ser duro que monstruoso??

Mientras que no se crea hasta la última mujer su calidad de igual, y pongamos todo nuestro esfuerzo para combatir este TERRORISMO*...estamos condenadas a digerir esta fecha...in memoriam

*¿Cuántos cadáveres ha dejado en 2008 ETA? ¿Cuántos cadáveres arrastra este 2008 con el "habitual" y creciente, terrorismo machista??

Anónimo dijo...

¡¡Cómo echaba de menos unos lunares ,aunque sólo sea en pequeños retales, en este frío noviembre¡¡ Hay cosas a las que uno se acostumbra, por constancia, por inercia, por sintonía, y van penetrando en los tuétanos sigilosamente, calladamente, mudamente, hasta hacerse parte de tí mismo y tus abalorios y este tu-mí-nuestro blog lo es. Porque sí, porque expande terciopelo en el más árido de los suelos, porque levanta la bandera sin remilgos como ahora, frente a la intolerancia, la sinrazón, el sufrimiento callado y silencioso...
Ojalá el número telefónico que da título a tu entrada sea suprimido por falta de llamadas, ojalá que no exista más sangre que la de los bancos y paritorios, no la de las heridas ni los golpes, ojalá que muchos de los vocablos que leemos en tu entrada sólo formen parte del quehacer literario y nunca de un parte médico, ojalá que las ausencias sean siempre voluntarias, ojalá que las historias amorosas siempre acaben en "Cenicientas", ojalá que las lágrimas sean sólo de alegría, ojalá que el sufrimiento sea algo disonante en nuestra música diaria, ojalá que los "si quiero" no se tornen en desdicha, ojalá que las semillas florezcan sin cuchillos, ni pistolas, ni navajas, ni cenizas... ojalá, en fin, se enmohezcan las agujas de no suturar ya más heridas.
Al programa de Julia Otero de estar tarde os remito, a oir espeluznantes testimonios de una pena infinita...

Te invito, como me decías en un blog amigo, a traer más primaveras, a dar sabor al limón, a florecer las violetas. Gracias por tu elogio. Hagamos de ese deseo una realidad apabullante que nos alce en la cima más humana para sentirnos cada vez más HOMBRES.

Así sea.

patry dijo...

Maricoño!!! q ya se te echaba en falta...
gracias por el regalo de esta mañana, esa llamada me ha alegrado el día!!!
Un abrazote

Anónimo dijo...

veras es peor escuchar a tu propio padre justificar esos sucesos...

:)