Cuando ella, Aurora, salió aquella mañana de ese despacho que luego se convertiría en nuestro rincón confeso, confidente, donde uno se conoce y reconoce para llegar a entenderse y hacerse más llevadero consigo, donde nuestra terapeuta nos sufría una o dos veces al mes incluso a quienes la consulta les hubiera venido al pelo fuera semanal...¿verdad combatiente?...como decía, cuando ella atravesó esas puertas hizo lo mismo con las mías. Lento. No solo sabe estar, supo y sabe ser... Aun no tenía conciencia que se tratara de eso, de luces, de brillos que aparecen en medio de la noche, en cielos nocturnos para disfrute de quienes nos sabemos noctámbulos... que al igual que mi amiga no conoce de términos medios ni de hemisferios, ni por descontao de trópicos que no sean psico...trópicos... Polos, en el extremo donde todo se acaba para volver a empezar...ahí suceden las cosas... y la magia aparece en el horizonte.
En este saco de besos, encontrarás uno pa cada momento...el más maternal, incondicional y seguro es de Carmen, tu “mae”...uno transoceánico que flota trae Manolo...el beso de bolsillo lo pone Mamencilla...tu simétrico es de Ana y huele a gusanitos porque Alicia ha estado jugando con él...el de hoy es silvestre y te lo regala Cinti...y Uge ha descongelao todos, que ahora son para ti.